Bueno es dar cuando nos piden; pero mejor es dar sin que nos pidan, como buenos entendedores.
Cada uno de nosotros está solo y, cuanto antes un hombre lo comprenda, mejor para él.
Ciertos hombres de mal corazón creen reconciliarse con el cielo cuando dan una limosna.
Como fuerza social, un individuo con una idea vale por noventa y nueve con un solo interés.
Como los políticos nunca creen lo que dicen, se sorprenden cuando alguien sí lo cree.