Donde ninguno manda, mandan todos. Donde todos mandan, nadie manda. Es el caos.
El abandono en dios es un don y al mismo tiempo, la mayor manifestación de la libertad del hombre.
El aburrimiento no puede existir donde quiera que haya una reunión de buenos amigos.
El amor es invisible y entra y sale por donde quiere, sin que nadie le pida cuenta de sus hechos.