Cuando saltes de alegría, cuida de que nadie te quite la tierra debajo de los pies.
Cuando se sugieren muchos remedios para un solo mal, quiere decir que no se puede curar.
Cuando uno dice que sabe lo que es la felicidad, se puede suponer que la ha perdido.
Después de la propia sangre, lo mejor que el hombre puede dar de si mismo es una lágrima.
Dios: una enfermedad de la que imaginamos estar curados porque nadie se muere de ella hoy en día.