Aunque el mundo contiene muchas cosas decididamente malas, la peor de todas ellas es la sociedad.
Cásate y harás bien; no te cases y harás mejor: pero no olvides que lo mejor es enemigo de lo bueno.
Con las piedras que con duro intento los críticos te lanzan, bien puedes erigirte un monumento.
Creer que un enemigo débil no puede dañarnos, es creer que una chispa no puede incendiar el bosque.
Cualquiera vale para enemigo, no así para amigo; pocos pueden hacer bien, y casi todos mal.
Cuidado con la hoguera que enciendes contra tu enemigo; no sea que te chamusques a ti mismo.