La sabiduría inutil sólo se diferencia de la tontería en que da mucho más trabajo.
La sabiduria no se traspasa, se aprende.
La sabiduría viene de escuchar; de hablar, el arrepentimiento
La sal no dice de sí misma que es salada.
La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
La suerte nunca da, sólo presta.
La tierra atrae tanto que los viejos caminan encorvados.
La tierra no tiene sed de la sangre de los soldados, sino del sudor de los hombres.
La tinta más pobre de color vale más que la mejor memoria.
La unión en el rebaño obliga al león a acostarse con hambre.
La vejez empieza cuando los recuerdos pesan más que las esperanzas.
La verdad que daña es mejor que la mentira que alegra.
La verdadera mezquita es la que se construye en el fondo del alma.
La vida es la novia de la muerte.
La vida es un gorro; unos se lo ponen, otros se lo quitan.
La vista de un amigo, refresca como el rocío de la mañana.
Las botas del diablo no hacen ruido.
Las cosas importantes quedan en el cajón.
Las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos.
Las huellas de las personas que caminaron juntas nunca se borran.
Las ideas están excentas de impuestos.
Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son las que no se derraman.
Las lenguas de los que critican son como las patas de las moscas, aterrizan en cualquier cosa que encuentran.
Las mujeres donde están sobran, y donde no están faltan.
Las palabras ásperas hieren más de una flecha envenenada.