Es dífícil saber en qué momento exacto comienza el amor; menos díficil es saber que ha comenzado.
Ese precioso y necesario don del sentido común, que es el menos común de los sentidos.
Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo.
Existe en todos nosotros un fondo de humanidad mucho menos variable de lo que se cree.
Haríamos muchas más cosas si creyéramos que son muchas menos las imposibles.