"Sé al menos mi enemigo": así habla el verdadero respeto que no se atreve a implorar amistad.
A ti ya no te queda nada, y a mí me queda por lo menos, éste síndrome incurable de quererte tanto
Apresúrate; no te fíes de las horas venideras. El que hoy no está dispuesto, menos lo estará mañana.
Cada vez que tengo que espantar una mosca con la mano echo de menos el rabo.
Come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.