"Sé al menos mi enemigo": así habla el verdadero respeto que no se atreve a implorar amistad.
A ti ya no te queda nada, y a mí me queda por lo menos, éste síndrome incurable de quererte tanto
Ahora cuesta más entretener a un niño, que lo que alguna vez costó educar a sus padres.
Apresúrate; no te fíes de las horas venideras. El que hoy no está dispuesto, menos lo estará mañana.