El arte de amar se reduce a decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera.
El carpintero hábil no se hace torpe para poder ser imitado por cualquiera de sus ayudantes.
El hombre debería decir siempre mucho más de lo que pretende y pretender mucho más de lo que dice.
El hombre es esencialmente un ser social; con mayor razón, se puede decir que es un ser familiar.
El hombre va como los peones: de casilla en casilla sin poder atrapar a la dama.