Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.
Los ancianos gustan de darnos buenos preceptos para consolarse de no poder darnos malos ejemplos.
Los conceptos y principios fundamentales de la ciencia son invenciones libres del espíritu humano.
Los sabios hablan porque tienen algo que decir. Los tontos hablan porque tienen que decir algo.