La vida es muy rápida; hace que la gente pase del cielo al infierno en cuestión de segundos.
Las sociedades deben juzgarse por su capacidad para hacer que la gente sea feliz.
Las tonterías dejan de serlo cuando son realizadas de forma atrevida por gente con sensibilidad.
Los objetos de nuestro deseo pueden ser dolorosos. La gente adora detestar a quienes ama.