Es pueril preguntarse dónde van las cosas y la gente. No van a ninguna parte y han llegado.
Es un tipo de esnobismo espiritual lo que hace a la gente pensar que pueden ser felices sin dinero.
Hay gente dispuesta a defender la libertad hasta que no quede de ella el menor vestigio.
Hay gente que cree que el único equipo que se necesita para discutir de religión, es una boca.
Hay poca gente lo bastante cuerda que prefiera la censura provechosa a la alabanza traidora.
La admiración por los libros me llevó a escribir. Yo admiraba a la gente por transferencia.