La buena gente se la conoce en que resulta mejor cuando se la conoce.
La democracia participativa presupone la capacidad de la gente normal para unir sus limitados recursos, para formar y desarrollar ideas y programas, incluirlos en la agenda política y actuar en su apoyo. En ausencia de recursos y estructuras organizativas que hagan posible esta actividad, la democracia se limita a la opción de escoger entre varios candidatos que representan los intereses de uno u otro grupo que tiene una base de poder independiente, localizada por lo general en la economía privada.
La edad adulta es cuando te has encontrado con tanta gente que cada nueva persona te recuerda a otra.
La educación permite que a la gente se le pueda dirigir con facilidad, pero no se le puede obligar. la gente educada es fácil de gobernar, pero difícil de esclavizar.
La forma en que ves a la gente es la forma en la que las tratas, y la forma en la que las tratas es en lo que se convierten.
La gente a la que se honraba en La Biblia eran los falsos profetas. Aquellos a quienes nosotros llamamos los profetas era a quienes se encarcelaba y mandaba al desierto, y de allí en más.
La gente buena, si se piensa un poco en ello, ha sido siempre gente alegre.
La gente busca la felicidad como un borracho busca su casa, sabe que existe pero no la encuentra.
La gente con prejuicios sólo ve aquello que coincide con sus prejuicios.
La gente confunde el ego, la lujuria, la inseguridad, con el verdadero amor.
La gente cortesana suele ser dura con sus inferiores, porque instintivamente ejerce represalias de las humillaciones perpetuas a que se ve sometida en los palacios.
La gente de distintas partes del mundo podrá tener diferentes costumbres, idiomas extraños. Pero hay algo más hondo en común: la afinidad que nos da saber que todos somos miembros de la familia humana. Todos somos hermanos.
La gente desea aprender a nadar y al mismo tiempo mantener un pie en tierra.
La gente generalmente confunde lo que leen en los periódicos con las noticias.
La gente grata tiene un final ingrato.
La gente joven está convencida de que posee la verdad. Desgraciadamente, cuando logran imponerla ya ni son jóvenes ni es verdad.
La gente necesita, además de un cantante, canalizar su necesidad de un líder de ideas, pero yo no soy un político, yo canto, es mi trabajo.
La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas.
La gente no puede descubrir nuevas tierras hasta que tenga el valor de perder de vista la orilla.
La gente no tiene idea de hasta qué punto es arrastrada por el miedo. Este miedo no es fácilmente definible. Hay momentos en que este miedo se vuelve casi una obsesión.
La gente no va a la iglesia en busca de sermones sino a soñar con dios.
La gente paga por su propia subordinación.
La gente podrá hacer cualquier cosa, no importa cuán absurda, con el fin de evitar enfrentar su propia alma.
La gente que cesa de creer en dios o en la bondad todavía suele creer en el demonio. No sé por qué. O sí lo sé: la maldad es siempre posible, la bondad es una dificultad eterna.
La gente que escribe libros, rara vez son intelectuales. Los intelectuales son gente que hablan sobre los libros que han escrito otros.