La muerte es algo tan tremendamente airado, que sólo la desnudez, la elemental desnudez, puede escindirla del ridículo.
La muerte es el último viaje, el más largo y el mejor.
La muerte puede consistir en ir perdiendo la costumbre de vivir.
La mujer puede tanto que hace pecar a un santo.
La música es una de las cosas que puede salvar al mundo, porque un hombre que busca y encuentra y se solaza horas y días y años y años luz, a través de generaciones, con la belleza, ¿qué otra cosa puede querer que un mundo mejor?.
La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido.
La nariz de una multitud es su imaginación. Por ella, en cualquier momento, puede guiársela serenamente.
La naturaleza es la mejor maestra de la verdad.
La naturaleza ha preparado mejor a las mujeres para ser madres y esposas, que a los hombres para ser padres y maridos. Los hombres tienen que improvisar.
La noche es la mitad de la vida y la mejor mitad.
La noche muestra a las estrellas y a las mujeres bajo una luz mejor.
La originalidad no puede ser nunca un propósito.
La oscuridad no puede deshacer la oscuridad; únicamente la luz puede hacerlo. El odio nunca puede terminar el odio; únicamente el amor puede hacerlo.
La palabra verdad no se puede usar fuera de la ciencia sin abusar del lenguaje.
La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa.
La paz viene como necesaria consecuencia del trabajo: pero el trabajo no se alimenta cuando no puede tener la esperanza de realizar y mejorar sus productos.
La pena uno puede soportarla solo, mas para estar alegre se necesitan dos.
La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande.
La perfección es terrible, ella no puede tener niños.
La persona que puede llevar el espíritu de la risa a una habitación es bendecida.
La persona sádica es tan dependiente de la sumisa como ésta de aquélla: ninguna de las dos puede vivir sin la otra. La diferencia sólo radica en que la persona sádica domina, explota, lastima y humilla, y la masoquista es dominada, explotada, lastimada y humillada.
La pluma puede llegar a ser más cruel que la espada.
La principal ocupación de mi vida consiste en pasarla lo mejor posible.
La prosa -puede especularse- es discurso; la poesía elipsis. La prosa se habla en voz alta; la poesía se escucha a hurtadillas. La primera es presumiblemente articulada y social, un idioma compartido, la voz de la "comunicación"; la otra es privada, alusiva, inquietante, tímida, idiosincrásica como la delicada tela de una araña, una especie de hechizo insondable para las mentes comunes.
La raza humana se encuentra en la mejor situación cuando posee el más alto grado de libertad.