Enseñar no es una función vital, porque no tienen el fin en sí misma; la función vital es aprender.
Entre todos los pueblos, fueron los griegos quienes más bellamente soñaron el sueño de la vida.
Era un escritor con una gran imaginación: Imaginaba que todos sus libros se venderían.
Es rey quien nada teme, es rey quien nada desea; y todos podemos darnos ese reino.
Existe en todos nosotros un fondo de humanidad mucho menos variable de lo que se cree.
Existen mujeres que aman a un hombre de la misma manera que comen una comida anhelada...