El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto.
El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos.
El verdadero valor consiste en prever todos los peligros y despreciarlos cuando llegan a hacerse inevitables.
Ellos son el primer motivo de todos tus problemas, son la principal causa de errores y fracasos, son como un cáncer que te corroe el alma. Perdona.
Eludir el camino que todos conocemos. Seguir hacia adelante ruta de los que intentan lo que nunca pensaron y se sienten felices porque hay algo distinto, porque se desvanece de pronto lo que sobra y no existe el vacío si queremos colmarlo.
En casa del músico, todos saben cantar.
En cien años todos seremos calvos.
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
En el fondo de nosotros mismos siempre tenemos la misma edad.
En el río pasan ahogados todos los espejos del pasado.
En esta industria, todos sabemos que detrás de un buen guionista hay siempre una gran mujer, y que detrás de ésta está su esposa.
En este momento, no hay otra salvación. Debemos movilizar todos nuestros recursos para combatir la mentira, el odio, la pobreza y la injusticia. Debemos llevar la virtud a este mundo.
En historia el nombre de dios es la terrible maza histórica con la cual todos los hombres divinamente inspirados, los grandes genios virtuosos han abatido la libertad, la dignidad, la razón y la prosperidad de los hombres.
En la bondad se encierran todos los géneros de sabiduría.
En la misma forma adoramos a Dios y al Doctor, pero sólo cuando estamos al borde del dolor. Al retornar la salud, la paga es pareja: A Dios se lo olvida y al Doctor se lo deja.
En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.
En la naturaleza están todos los estilos futuros.
En la nave espacial Tierra no hay pasajeros, todos somos tripulación.
En lo que parecemos, todos tenemos un juez; en lo que somos, nadie nos juzga.
En nuestras costumbres, una mujer no puede hacer nada por sí misma: necesita seducir a un hombre para obligarle a que ejecute sus deseos.
En realidad, todas las cosas, todos los acontecimientos, para quien sabe leerlos con profundidad, encierran un mensaje que, en definitiva, remite a Dios.
En todos los asuntos humanos hay esfuerzos y resultados, y la fuerza del esfuerzo es la medida del resultado.
En todos los caminos, siempre hay un desvío para ir a la felicidad.
En todos los cielos te encuentro.
En un contexto religioso, igualdad significó que todos somos hijos de Dios, que todos compartimos la misma sustancia humano-divina, que todos somos uno.