Lluvia de pétalos. Agua de neblinas lejanas quisiera beber.
Lo blando es más fuerte que lo duro; el agua es más fuerte que la roca, el amor es más fuerte que la violencia.
Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua.
Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.
Los hombres y las mujeres se mezclan tan bien como el aceite y el agua. Por eso hay que estar agitándolos constantemente.
Los ingleses tienen el milagroso poder de convertir el vino en agua.
Los pétalos de la rosa amarilla. ¿Tiemblan y caen al ruido de los torrentes de agua?.
Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes a donde va?
Mala cosa es tener un lobo cogido por las orejas, pues no sabes cómo soltarlo ni cómo continuar aguantándolo.
Más apaga buena palabra que caldera de agua.
Me lavo los pies El agua sale de la cubeta ¡Cómo la primavera!.
Mi piel está grabada con tus señales y no hay viento ni agua que pueda lavarlas sin dejar mi nombre borroso, desteñido y sin sonrisa.
Mi silencio les estorba. Yo era como botella al revés cuya agua no puede salir porque la botella está demasiado llena.
Nadie diga "de esta agua no beberé".
Nadie puede beber agua de un espejismo.
Ni bebas agua que no veas, ni firmes cartas que no leas.
No daria ni para un sorbo, agua limpia y clara, y sin embargo ¡Que cosa tan sagrada!.
No hay donde ocultarse en la superficie de agua.
No precisa agua de manantiales, pues tiene mis ojos, ni sol, con la belleza de su figura.
No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.
No quiero el calor de vuestro fuego, no quiero el agua de vuestras tinajas. Quiero sólo un lugar para mi canción.
Nunca se mezclan el agua y el fuego.
Por las cañas marchitas oscurecidas por las nubes el agua duerme.
Qué pena que beber agua no sea un pecado! ¡Qué bien sabría entonces!.
Quien hace agravios, escríbelos en el agua; quien los recibe, en el corazón los graba.