El verdadero secreto de la felicidad consiste en exigir mucho de sí mismo y muy poco de los otros.
En el amor es lo mismo que en la guerra; plaza que parlamenta está medio conquistada.
En todas partes los más fuertes han hecho las leyes y han oprimido a los débiles.
En un tiempo el espíritu fue Dios, luego se hizo hombre, y ahora hasta se ha hecho plebe.
En virtud de la palabra, el hombre es superior al animal; por el silencio se supera a sí mismo.
Encuentro tanta diferencia entre yo y yo mismo como entre yo y los demás.