El que hace un favor a quien lo merece, él mismo lo recibe.
El que no cree en si mismo miente siempre.
El que no encuentra un biógrafo ha de forjarse la vida él mismo.
El que no se posee a sí mismo es extremadamente pobre.
El que quiera prosperar en sus negocios hágalos por sí mismo, y si quiere que todo le salga mal, no tiene más que confiarlos a manos ajenas.
El que renuncia a un derecho solamente se quita de en medio para poder gozar del mismo sin impedimento de su parte.
El que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él.
El que yo tenga cariño, y muchas veces demasiado cariño, a la sabiduría, obedece al hecho de que me recuerda a la vida. Tiene ella el mismo mirar, la misma risa ¿ que culpa tengo yo de que las dos se parezcan tanto?.
El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo.
El respeto a sí mismo es el indumento más noble y el sentimiento más elevado que pueda caber en el ánimo humano.
El rey está rodeado de gentes que no piensan sino en divertirlo y en impedir que piense en sí mismo. Porque, por muy rey que sea, es desgraciado si piensa en ello.
El secreto del hombre interesante es que él mismo se interesa por todos.
El silencio es el partido más seguro para el que desconfía de sí mismo.
El simple deseo de progresar ya representa en sí mismo un gran progreso.
El slang que se ha establecido en el lenguaje, y el slang que uno mismo inventa. Todo lo demás está propenso a ponerse fuera de moda antes de alcanzar la imprenta.
El tiempo es la sustancia de la que estoy hecho.
El tiempo es un niño que juega como un niño. Yo soy uno pero contrapuesto a mí mismo soy joven y viejo al mismo tiempo.
El trabajo bien hecho da alegría en el pecho.
El trabajo cansa. Eso prueba que el hombre no está hecho para trabajar.
El trabajo es un título natural para la propiedad del fruto del mismo, y la legislación que no respete ese principio es intrínsecamente injusta.
El trabajo hecho con gusto y con amor, siempre es una creación original y única.
El trabajo que un hombre desconocido ha hecho es como un arroyo de agua que corre oculto en el subsuelo secretamente haciendo verde la tierra.
El universo no fue hecho a medida del hombre; tampoco le es hostil: es indiferente.
El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno sólo se convierte en un hombre cuando supera estos combates.
El verdadero sabio sólo es riguroso consigo mismo; con los demás es amable.