Casi siempre que un matrimonio se lleva bien, es porque uno de los esposos manda y el otro obedece.
Cita siempre errores propios antes de referirte a los ajenos. Así nunca parecerá que presumas.
Converso con el hombre que siempre va conmigo. Quién habla solo, espera hablar con Dios un día.
Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre, siento que debo haberme equivocado.