El nombre propio es el que marca la individualidad; el apellido, las relaciones sociales.
El pan más sabroso y las comodidades más gratas son las que se ganan con el propio sudor.
El que emplea demasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en su propio país.
El valiente tiene miedo del contrario; el cobarde, de su propio temor.
Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza.