No podemos temer nunca cuando tenemos una madre poderosa y amante que vela por nosotros.
No puedes hacer un acto amable demasiado pronto, porque nunca sabes cuándo será demasiado tarde.
No, nada llega tarde, porque todas las cosas tienen su tiempo justo, como el trigo y las rosas
Nos podemos quejar porque los rosales tienen espinas o alegrarnos porque los espinos tienen rosas.
Nuestra mayor gloria no está en no haber caído nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.
Nunca andes por el camino trazado, pues te conducirá únicamente hacia donde los otros fueron.