No puedes hacer un acto amable demasiado pronto, porque nunca sabes cuándo será demasiado tarde.
El mejor consejo lo da siempre la experiencia, pero siempre llega demasiado tarde.
No vale la pena molestarse en matarse porque uno siempre se mata demasiado tarde.
Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza.
Nunca lleves tus mejores pantalones cuando salgas a luchar por la paz y la libertad.
Quien no ha sido besado en una de esas lluviosas tardes parisinas, nunca ha sido besado.