Es verdad que cuando se pasan lo setenta son muy pocas las cosas que nos parecen disparates.
Esta noche está en nuestras manos decir alguna verdad que ya, que ya mentimos a diario.
Fácilmente estará contento y sosegado el que, de verdad, tiene la conciencia limpia.
Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas. Y la verdad se busca con humildad.