Hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja.
Hay una cosa más terrible que la calumnia: La verdad.
He aquí la única verdad. Somos los peones de la misteriosa partida de ajedrez que juega Alá. Él nos mueve, nos detiene, vuelve a empujarnos, y al final nos arroja, uno a uno, a la caja de la nada.
Intento comprender la verdad, aunque esto comprometa mi ideología.
La astucia puede tener vestidos, pero a la verdad le gusta ir desnuda.
La belleza es la otra forma de la verdad.
La belleza es verdad; la verdad, belleza. Esto es todo lo que sabes sobre la tierra, y todo lo que necesitas saber.
La belleza y la verdad, las dos caras de la realidad.
La belleza, la belleza de verdad, termina donde empieza la expresión intelectual. El intelecto es en sí mismo una forma de exageración y destruye la armonía de cualquier rostro. En el momento en que te sientas a pensar, te vuelves todo nariz, todo frente, o cualquier otra cosa horrible. Mira a los triunfadores de cualquier profesión docta. ¡Qué horrorosos son! Excepto los eclesiásticos, aunque bien es cierto que en la Iglesia no se piensa: un obispo sigue diciendo a las ochenta años lo que le enseñaron a decir a los dieciocho y, en consecuencia, su aspecto es siempre encantador.
La calumnia siempre es sencilla y verosímil. Y en esto se diferencia muchas veces de la verdad.
La ciencia es el misticismo de los hechos; la verdad es que nadie sabe nada.
La ciencia es la verdadera escuela moral; ella enseñan al hombre el amor y el respeto a la verdad, sin el cual toda esperanza es quimérica.
La ciencia se compone de errores, que a su vez, son los pasos hacia la verdad.
La duda desenmascara la mentira e ilumina el tenebroso camino a la verdad.
La duda: la escuela de la verdad.
La falsedad está tan cercana a la verdad que el hombre prudente no debe situarse en terreno resbaladizo.
La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde.
La felicidad está en la ignorancia de la verdad.
La fotografía es verdad. Y el cine es una verdad 24 veces por segundo.
La gente joven está convencida de que posee la verdad. Desgraciadamente, cuando logran imponerla ya ni son jóvenes ni es verdad.
La gloria, en verdad, no es otra cosa que un olvido aplazado.
La grandeza está en la verdad y la verdad es la virtud.
La humildad es verdad, y la verdad es humildad.
La ignorancia está menos lejos de la verdad que el prejuicio.
La libertad de buscar y decir la verdad es un elemento esencial de la comunicación humana, no sólo en relación con los hechos y la información, sino también y especialmente sobre la naturaleza y destino de la persona humana, respecto a la sociedad y el bien común, respecto a nuestra relación con Dios.