Parece, pues, que la felicidad es algo perfecto y suficiente, ya que es el fin de los actos.
Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad el hombre que ha encontrado su trabajo.
Que seria de tu felicidad, radiante astro, si no tuvieras aquellos para los que brillas.
Quien busca la felicidad fuera de sí es como un caracol que caminara en busca de su casa.
Quien es capaz de hospedar bien a la desgracia, puede hospedar serenamente a la felicidad.
Ser feliz no cuesta nada, sólo cuesta encontrar quien sepa valorar dicha Felicidad.
Si deseas felicidad de los demás, sé compasivo. Si deseas tu propia felicidad, sé compasivo.
Si no tienes ganas de ser frustrado jamás en tus deseos, no desees sino aquello que depende de ti.
Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin.