La primera virtud es frenar la lengua, y es casi un dios quien teniendo razón sabe callarse.
La reina del mundo es la fuerza y no la opinión; pero es la opinión quien usa de la fuerza.
Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive.
Las heridas que te causa quien te quiere, son preferibles a los besos engañadores de quien te odia.