En el altar de tu reja digo una misa de amor, tú eres la virgen divina y el sacerdote soy yo.
En el amor es lo mismo que en la guerra; plaza que parlamenta está medio conquistada.
En el amor no existe el libre albedrío, nadie puede decidir de quién va a enamorarse.
En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón.
En el amor todo ha terminado cuando uno de los amantes piensa que sería posible una ruptura.
En el mar, como en el amor, suele ser mejor seguir una corazonada que obedecer a una biblioteca.