En este final de siglo, la enfermedad de Occidente es la de la abundancia: Tener todo lo material y haber reducido al mínimo lo espiritual.
En general, no nos basta con tener éxito; los demás deben fracasar.
En general,el cristianismo es sobre todo admirable por haber convertido al hombre fIsico en hombre moral. Todos los grandes principios de Roma y de Grecia,la igualdad, la libertad, se encuentran en nuestra religión, pero aplicados al alma y al genio y considerados bajo sublimes relaciones.
En la corte es llegada a tanto la locura, que no llaman buen cortesano sino al que está muy adeudado.
En la desesperanza y en la melancolía de tu recuerdo, soria, mi corazón se abreva.
En la montaña el camino más corto es de cima en cima; pero para eso hay que tener las piernas largas.
En la sombra, lejos de la luz del día, la melancolía suspira sobre la cama triste, el dolor a su lado, y la migraña en su cabeza.
En la vida, como en ajedrez, las piezas mayores pueden volverse sobre sus pasos, pero los peones sólo tienen un sentido de avance.
En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte.
En mi corazón un remolino de ternuras ha dejado un haz de arenas azules.
En política lo importante no es tener razón sino que se la den a uno.
En todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras.
En todas las lenguas del mundo hay un mísmo dicho: ojos que no ven, corazón que no siente. Pues yo afirmo que no hay nada más falso que eso; cuánto más lejos, más cerca del corazón están los sentimientos que intentamos sofocar y olvidar.
En vista de lo visto me desvisto, me desnudo a mí misma y me mantengo, me encanta este tener lo que no tengo.
Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas.
Entre las piedras y el fuego, frente a la tempestad o en medio de la sequía, por sobre las banderas del odio necesario y el hermosísimo empuje de la cólera, la flor de mi poesía busca siempre el aire, el humus, la savia, el sol, de la ternura.
Es bonito tener dinero y cosas que puede comprar el dinero, pero también es bonito tener las cosas que el dinero no puede comprar.
Es como para creer que al buen dios, que creó el mundo, no le gusta que los hombrecillos tengan por su parte (aunque a su reducida escala) una pasión parecida.
Es el crepúsculo, cayendo sobre mi casa el fuego del cielo.
Es excelente tener la fuerza de un gigante, pero es tiránico usarla como un gigante.
Es gran bien tener deseos, ya que no pueden ser grandes las obras.
Es importante acentuar el papel que juegan sobre el amor la fisonomía y los gestos tales como un beso. Revelan el auténtico ser de la persona que amamos.
Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta.
Es inútil volver sobre lo que ha sido y no es ya.
Es más fácil ser genial que tener sentido común.