El dinero no puede hacer que seamos felices, pero es lo único que nos compensa de no serlo.
El dolor que no se desahoga con lágrimas puede hacer que sean otros órganos los que lloren.
El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene.
El gran clásico es un hombre del que se puede hacer el elogio sin haberlo leído.
El hombre no se da cuenta de cuánto puede hacer, más que cuando realiza intentos, medita y desea.
El hombre que condiciona su felicidad al cumplimiento de un objetivo se hace esclavo de éste.