Pero todo lo que uno desea, parace que por un burocratismo diabólico, se demora, aun la muerte.
Pero ya sabe usted que quien ama no recuerda largo tiempo el agravio.
Pero, ¿cómo no amarla señor, si tú hiciste que fuera turbadora y fragante como la primavera?.
Piezas somos de ajedrez y el loco mundo es la tabla, pero en la talega juntos peones y reyes andan.
Podéis arrancar al hombre de su país, pero no podéis arrancar el país del corazón del hombre.
Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno.
Podrán golpearme, romperme los huesos, matarme, tendrán mi cádaver, pero no mi obediencia.