La buena conciencia es tan alegre, que hace alegres a todas las molestias de la vida.
La cortesía es como el aire de los neumáticos: no cuesta nada y hace más confortable el viaje.
La enfermedad hace agradable la salud; el hambre la saciedad; la fatiga el reposo.
La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón.