Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar.
"Amigo". Palabra sencilla de exponer pero complicada para realizar.
"No me caigo bien a mí mismo", dijo alguien para explicar su propensión a la sociedad. "El estómago de la sociedad es más sólido que el mío, me aguanta".
. . . Conseguimos obtener así la fórmula estadística para conocer aproximadamente la posición de un eléctron en un instante determinado. Pero, personalmente, no creo que dios juegue a los dados.
. . . Hacer de la política, no el arte de retener el gobierno, ni de dar a las naciones brillo pasajero, sino de estudiar sus necesidades reales, favorecer sus instintos, y tratar del aumento y amparo de sus haberes.
...para mí la vida no comenzó hasta el día en que te vi.
...Para mí, era el pan, era la nieve; ya la nieve no es blanca, el pan no sabe a nada.
...porque soy quien se va pero regresa para morder tu mano, mientras besa, porque soy el que otorga. Y el mendigo.
A fin de cuentas las opiniones no son más importantes que las personas como para separarlas.
A laurel ni a renombre aspiraremos, recompensa sin precio ni mudanza serán para nosotros ignorar el temor, deparar al hombre, y a nuestro corazón, la libertad.
A los curas caso omiso, y para mí un buen piso.
A los hombres se les puede dividir en dos categorías: los que hablan para decir algo, y los que dicen algo por hablar.
A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.
A mi edad tengo una mala opinión del ser humano, cuya capacidad para el mal, para infligir dolor o abusar de los débiles es infinita.
A ningún hombre debe obligársele a hacer el trabajo que puede hacer una máquina.
A pesar de no ser nunca el definitivo, el primer amor perdura para toda la vida.
A quien enferma para morir, ningún remedio puede servir.
A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad.
A veces hay que estropear un poquito el cuadro para poder terminarlo.
A vosotros (políticos) os hemos formado en interés del Estado tanto como en el propio vuestro, para que seáis en nuestra República nuestros jefes y vuestros reyes.
Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.
Actúo en política como en la guerra: distraigo a un flanco para batir al otro.
Además, lo cierto es que siempre matas a quien más quieres. ¿Para qué vas a matar a alguien que no te importa?
Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.
Agua por mayo, pan para todo el año.