No hay nada tan recompensante como hacer a la gente darse cuenta de que son valiosas en este mundo.
No puedes hacer un acto amable demasiado pronto, porque nunca sabes cuándo será demasiado tarde.
No puedo cambiar la dirección del viento, pero puedo ajustar mis velas para llegar a mi destino.
Se valiente y vive tu vida desde tu corazón, no necesitas permiso de nadie para ser feliz.
Siempre he creído que puedes hacer un embudo a las cosas buenas hacia ti pensando positivamente.
Tú puedes, tú deberías, y si eres lo suficientemente valiente para empezar, tú lo harás.
Cuando Dios te da un don, también te da un látigo, y el látigo es únicamente para autoflagelarse.