Perdonamos fácilmente a nuestros amigos los defectos en que nada nos afectan.
Quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen.
Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas.
Si las mujeres sólo tuvieran los defectos que los hombres les achacan, serían casi perfectas.
Si no tuviéramos defectos no sentiríamos tanto placer descubriendo los de los demás.
Son precisamente nuestros límites humanos los que nos unen, los que nos hacen fraternos.
Tolerancia significa disculpar los defectos de los demás; tacto, no reparar en ellos.