Todo lo que el médico yerra lo tapa la tierra.
Todo lo que endurece, desmoraliza.
Todo lo que es hecho, todo lo humano de la Tierra es hecho por manos.
Todo lo que es hermoso tiene su instante y pasa.
Todo lo que es moda se pasa de moda.
Todo lo que estimula nuestra vida, trayéndonos calor, frío, tristezas, es breve y es saludable. ¡Sopórtalo, entonces, como lo hace el sabio!
Todo lo que existe que no necesito.
Todo lo que ha ocurrido teme a su palabra.
Todo lo que hacemos está puesto con el ojo en otra cosa.
Todo lo que hay de bello en el hombre pasa y no dura.
Todo lo que hay de bueno en nuestra civilización es resultado del comercio, el clima, el suelo, la situación geográfica, la industria, la inventiva, el descubrimiento, el arte y la ciencia.
Todo lo que hay ha existido siempre. Nada puede surgir de la nada. Y algo que existe, tampoco se puede convertir en nada.
Todo lo que la tierra da y todo aquello que se llama felicidad sólo es un juguete de la suerte; lo que nosotros somos, eso sólo nos pertenece.
Todo lo que logras o pierdes a lo largo de tu vida es el resultado directo de tus pensamientos.
Todo lo que nace proviene necesariamente de una causa; pues sin causa nada puede tener origen.
Todo lo que necesitas es amor.
Todo lo que no es eterno está eternamente pasado de moda.
Todo lo que ocurre, desde lo más grande a lo más chico, ocurre necesariamente.
Todo lo que puede cambiar es a ti mismo, pero a veces eso lo cambia todo.
Todo lo que quiero en la vida es jugar al ajedrez.
Todo lo que quiero es que me caven un hoyo y que mi tumba diga: aquí cayó un loco del ajedrez. No jugaba bien, pero le gustaba jugar. Nunca pudo enfrentarse a un campeón. Murió como vivió: esperando.
Todo lo que recogemos en la playa de la marea baja. Se mueve.
Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay.
Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres.
Todo lo que se desarrolla comienza por ser pequeño. Es al alimentarse gradualmente como, con constantes progresos, llega a hacerse grande.