Al hombre perverso se le conoce en un sólo día; para conocer al hombre justo hace falta más tiempo.
La amistad, si se alimenta solo de gratitud, equivale a una fotografía que con el tiempo se borra.
La culpa la tiene sólo el tiempo. Todos los hombres se tornan buenos, pero ¡tan despacio!
Nuestro tiempo es tan excitante que a las personas sólo puede chocarnos el aburrimiento.