Cuando alguien me ha ofendido trato de elevar mi alma muy alto para que la ofensa no la alcance.
Cuando el amor es la normas, no hay voluntad de poder, y donde el poder se impone, el amor falta.
Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse.
Cuando la tiranía se derrumba procuremos no darle tiempo para que se levante.
Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír.
Cuando lo superficial me cansa, me cansa tanto, que para descansar necesito un abismo.
Cuando los pacíficos pierden toda esperanza, los violentos encuentran motivo para disparar.
Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida.