La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener
La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.
La razón no se sometería nunca, si no se juzgase que hay ocasiones en que debe someterse.
La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió.
La venganza es una herencia de las almas débiles; nunca se cobija en los corazones fuertes.
La vida es como una bicicleta de diez velocidades. Hay algunas que la mayoría nunca usamos.
La voz de uno nunca debe estrangular los pensamientos propios ni ahuyentar los ajenos.