Ni la sociedad, ni el hombre, ni ninguna otra cosa deben sobrepasar para ser buena los límites establecidos por la naturaleza.
Ni la vida, ni la libertad, ni la propiedad de ningún hombre está a salvo cuando el legislativo está reunido.
Ni los demonios ni los dioses existen, son todos productos de las actividades síquicas del hombre.
Ningún dios ha sido más adelantado que la época que lo creó.
Ningún gran hombre ha alcanzado su grandeza por medio de la imitación.
Ningún hombre aceptará un consejo, pero todos aceptarán dinero. De donde se deduce que el dinero vale más que el consejo.
Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno. Sólo podrás conocer la fuerza de un viento tratando de caminar contra él, no dejándote llevar.
Ningún hombre digno pedirá que se le agradezca aquello que nada le cuesta.
Ningún hombre es feliz a menos que crea serlo.
Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento.
Ningún hombre es tan tonto para desear la guerra y no la paz; pues en la paz, los hijos llevan a sus padres a la tumba, y en la guerra son los padres quienes llevan a sus hijos a la tumba.
Ningún hombre es una isla, algo completo en sí mismo; todo hombre es un fragmento del continente, una parte de un conjunto.
Ningún hombre es una isla. Para hacer frente al buen combate, necesitamos ayuda.
Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede.
Ningún hombre honesto se hace rico en un momento.
Ningún hombre necesita poco.
Ningún hombre puede tener el derecho de imponer a otro hombre una obligación no escogida, un deber no recompensado o un servicio involuntario.
Ningún hombre que ha vivido sabe del más allá... más que usted y yo; y toda religión... surge simplemente del subterfugio, el miedo, la codicia, la imaginación y la poesía.
Ningún hombre sabio quiso nunca ser joven.
Ninguna época ha sabido tantas y tan diversas cosas del hombre como la nuestra. Pero en verdad, nunca se ha sabido menos qué es el hombre.
Ninguno nace libre de vicios; y el hombre más perfecto es aquel que sólo tiene los pequeños.
No conozco ese hombre, lo debo conocer mejor.
No conozco mayor enemigo del hombre que el que es amigo de todo el mundo.
No creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona.
No creo en la casualidad ni en la necesidad; mi voluntad es el destino.