Yo en todos los libros acostumbro a leer el prefacio, porque a veces suele ser lo mejor de la obra.
Yo escribo, porque si no me hubiera muerto, para buscar el sentimiento de la existencia.
Yo no le tengo miedo a nada, pero todavía no me explico porque tiemblo cada vez que te veo.
¡Basta de silencios!¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!
¡Oh, libertad gran tesoro! porque no hay buena prisión, aunque fuese en grillos de oro.
¡una vida llena de felicidad! nadie podría soportarla, porque sería un infierno en la tierra.