Cuando saltes de alegría, cuida de que nadie te quite la tierra debajo de los pies.
El que es bueno, es libre aún cuando sea esclavo; el que es malo, es esclavo aunque sea rey.
En el amor no existe el libre albedrío, nadie puede decidir de quién va a enamorarse.
Nadie a la libertad tiene derecho, cuando no hace hábito y gala de respetar la libertad ajena.
Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar.
Temblad ante el esclavo cuando rompe sus cadenas, no tembléis ante el hombre libre.