El que nada desea, es sospechoso.
El que nada duda, nada sabe.
El que nada emprende, nada concluye.
El que nada sabe, de nada duda.
El que no ama su patria no puede amar nada.
El que no ha sufrido no sabe nada; no conoce ni el bien ni el mal; ni conoce a los hombres ni se conoce a sí mismo.
El que no reconoce al necio nada más verlo, es un necio también
El que retiene algo que no necesita es igual a un ladrón.
El que rompe algo para saber lo que es ha perdido el camino de la sabiduría.
El que se pierde en agua pequeña se ahoga en la grande.
El que se pierde es el que encuentra las nuevas sendas.
El que siembre y cría, tanto gana de noche como de día.
El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo.
El que tiene suerte, encuentra en el yerno un hijo; el que no la tiene, pierde una hija.
El que todo lo aplaza no dejará nada concluido ni perfecto.
El regalo del mal hombre no trae consigo nada bueno.
El rico no gozaría nada si le faltase la envídia de los demás.
El secreto de la vida es tener una tarea, un propósito, algo a lo que someter toda tu vida, algo a lo que das todo, cada minuto de tu día por el resto de tu vida. Y lo más importante de todo es que eso debe ser algo que jamás puedas lograr.
El secreto de un negocio es que sepas algo que nadie mas sabe.
El sentido común no es nada común.
El Ser humano que promete todo es seguro que no hará nada y cada uno que prometa demasiado se encuentra en peligro de utilizar medios diabólicos para llevar a cabo sus promesas y está ya en el camino de la perdición.
El sol era un melón, la tarde una sandía y la vida, la vida una pura gana de morder y morder manzanas.
El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia.
El tiempo físico nos es extraño, mientras el tiempo interior es nosotros mismos.
El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer.