Los sueños son las únicas mentiras que pueden dejar de serlo.
Mama la libertad, siempre la llevaras, dentro del corazón. Te pueden corromper, te puedes olvidar, pero ella siempre está.
Mi sentimiento es que las naciones no pueden ser realmente una y que sus actividades no podrían llevar al bien común de la humanidad entera, a menos que se reconociera la ley familiar (de amor) en los asuntos nacionales e internacionales. Es decir, en el orden pacífico. Las naciones no pueden llamarse civilizadas sino en la medida que obedezcan a esta ley.
Mientras religión y ética pueden dirigirse al individuo aislado y podrían existir en un solo hombre sobre el mundo, la política necesita para su posibilidad la existencia de la sociedad.
Muchas veces la gente mira al lado negativo de lo que no pueden hacer. Yo siempre miro al lado positivo de lo que puedo hacer.
Muchas veces las personas ven el lado positivo de lo que sienten que no pueden hacer, yo siempre veo el lado positivo de lo que sí puedo hacer.
Nadie pone sus sueños en manos de aquellos que pueden destruirlos.
Ni el sol, ni la muerte pueden mirarse fijamente.
Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos.
No puede impedirse el viento. Pero pueden construirse molinos.
No se puede decir que la civilización no avance, en cada guerra pueden matarte de una manera distinta.
No se pueden alimentar hambrientos con estadísticas.
No se pueden pedir peras al olmo.
No soy libre: en cualquier momento pueden explotarme.
Nuestras mayores tonterías pueden ser muy sabias.
Nuestras mentes pueden dar forma a lo que una cosa será porque actuamos de acuerdo a nuestras expectativas.
Nunca creí que pudiéramos transformar el mundo, pero creo que todos los días se pueden transformar las cosas.
Pájaros con muchas plumas no se pueden mantener; los escribanos con una mantienen moza y mujer.
Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran.
Pueden amar los pobres, los locos y hasta los falsos, pero no los hombres ocupados.
Pueden en mí, más que todos los infinitos, mis tres o cuatro costumbres inocentes.
Pueden prohibirme seguir mi camino, pueden intentar forzar mi voluntad. Pero no pueden impedirme que, en el fondo de mi alma, elija a una o a otra.
Qué cosa terrible es la caridad a la que las mujeres pueden llegar. Se ve todo el tiempo... amor dado a absolutos tontos. El amor es el pabellón de la caridad.
Refiérense las leves pasiones, y las muy grandes no se pueden referir.
Reír y llorar pueden ser respuestas al agotamiento y la frustración. Por mi parte yo prefiero reír, simplemente porque hay menos que limpiar después.