No necesito dinero. Sólo la gente que paga sus facturas lo necesita, y yo jamás pago las mías.
Para tener un matrimonio feliz se necesita tener madurez intelectual, económica y emocional.
Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras.
Un buen guardián no necesita rejas ni cerrojos, y, sin embargo, es imposible abrir lo que él cerró.