Es mejor enjuagar una lágrima de un pobrecillo que obtener cien sonrisas de un ministro.
Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.
Es mejor ser pesimista y hallar que estabas equivocado, que optimista y no hallar nada.
Escoge a una mujer de la cual puedas decir: hubiera podido escogerla más bella, pero no mejor.