No podemos temer nunca cuando tenemos una madre poderosa y amante que vela por nosotros.
No puedes hacer un acto amable demasiado pronto, porque nunca sabes cuándo será demasiado tarde.
No puedo tomar mi libertad como fin sino tomando igualmente por fin la de los otros.
Nuestra mayor gloria no está en no haber caído nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.
Nunca andes por el camino trazado, pues te conducirá únicamente hacia donde los otros fueron.