La primera virtud es frenar la lengua, y es casi un dios quien teniendo razón sabe callarse.
La providencia nos ha dado el sueño y la esperanza como compensación a los cuidados de la vida.
La religión es el reposo del alma, la esperanza. Es el bote salvavidas de los infelices.
La tontería se coloca siempre en primera fila para ser vista; la inteligencia detrás para ver.
Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.
Los vuelos naturales del espíritu humano no van de placer a placer, sino de una esperanza a otra.
Mejor es la esperanza; pues produce paciencia, arma fuerte contra la decepción temprana.
Ninguna esperanza queda de virtud, cuando no solamente deleitan los vicios, sino que se aprueban.