A quien lucha y suda, la suerte le ayuda.
A quien me diga que nunca mintió, que al decirlo miente lo digo yo.
A quien mucho tememos, muerto le queremos.
A quien nada vale, no le envidia nadie.
A quien no se lo merece, la virgen se le aparece.
A quien nos justifica nuestra desconfianza llamamos enemigo, ladrón de una esperanza.
A quien paga adelantado, mal le sirve su criado.
A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra.
A quien se aventura, dios le ayuda.
A quien se hace oveja, el lobo se lo come.
A quien te engañó una vez, jamás le has de creer.
A quien teme preguntar, le avergüenza aprender.
A quien vive pobre por morir rico, llámale borrico.
A veces nuestro destino semeja un árbol frutal en invierno. ¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán? Mas esperamos que así sea, y sabemos que así será.
Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil.
Además, lo cierto es que siempre matas a quien más quieres. ¿Para qué vas a matar a alguien que no te importa?
Adónde vas? ¿De qué regiones vienes? ¿Quién da a tu rostro ese celeste olvido? ¿Qué Dios sin fuego con su luz te viste?.
Al comprar una casa, piensa en el vecino que adquirirás con ella.
Al mirar hacia atrás, el crítico ve la sombra de un eunuco. ¿Quién sería crítico si pudiera ser escritor?.
Al progreso no hay quien lo pare. Dios creó el mundo en seis días. ¿Y que tenemos hoy? La semana de cinco días.
Algo busca en tu casa quien te hace visitas largas.
Ama a quien no te ama, responde a quien no te llama, andarás carrera vana.
Ama como puedas, ama a quien puedas, ama todo lo que puedas. No te preocupes de la finalidad de tu amor.
Amar a quien no se ama es fatigar el corazón.
Amor no llega demasiado tarde a quien se siente demasiado solo.