Antes de dar un consejo es preciso procurar que se lo acepte, o, más bien, que se lo desee.
Antes de darle a un político las llaves a la ciudad, puede que sea mejor cambiar las cerraduras.
Aquel que no usa su moralidad sino como si fuera su mejor ropaje, estaría mejor desnudo.
Bien mirados, todos nos ocultamos, completamente desnudos, en los vestidos que usamos.